viernes, 8 de enero de 2010

¿NUEVO NACIONALCATOLICISMO?



Seguramente serán muchos y muchas quienes piensen que la posición política de la iglesia católica española es conservadora pero que los discursos actuales de la jerarquía eclesiástica no tienen nada que ver con la ideología del nacionalcatolicismo de la dictadura.
Yo también pesaba eso. Creía que la jerarquía católica estaba manteniendo un discurso radicalmente conservador pero alejado de aquel nacionalcatolicismo.
Sin embargo el 6 de enero de este año ha cambiado mi opinión sobre la iglesia católica española. Me explico:
Ese día estaba en Madrid, mi compañera y yo decidimos dar un paseo por las zonas de Madrid que nos gustan. Sobre las 6 de la tarde estábamos en Sol y nos dirigíamos caminando hacia Callao. De golpe, en una calle lateral vimos una iglesia que nunca había percibido. La curiosidad nos llevó a acercarnos con idea de ver su interior.
Antes de subir las escaleras de acceso, percibimos un mendigo con dos perros acostado en el suelo sobre unos cartones. No puedo negar que mi "deformación literaria" me llevó a recordar las estampas que Galdós describe en su novela Misericordia. Es decir, pensé en esos católicos practicantes que necesitan dar sus limosnas a los menesterosos como una garantía de lavar su conciencia y a la vez como una forma de ir comprando el "pasaje hacia la gloria". Pero preferí no profundizar en esa idea y me limité a subir las escaleras con ideas de ver el interior de la iglesia.
Una vez en la puerta, una ventana acristalada nos permitió ver que el interior estaba lleno de personas. Se estaba oficiando una misa y ante tanta multitud pensé que, aunque las encuestas hablan de una pequeña población católica-practicante, no cabía dudas de que toda esa población había coincidido en esa iglesia.
Abrimos la puerta y entramos. Un cura estaba dando un sermón desde el atril de altar. Oímos que hablaba del Reino de Cristo y hasta aquí, nada fuera de lo normalmente esperado. El sobresalto vino inmediatamente después.
El cura cita a Pio XI, el Papa que pactó con Mussolini y con Hitler. Posiblemente un papa bastante imPío, desde mi punto de vista al menos. Pero la reivindicación de la actualidad de la cita del mencionado imPío es lo que me sorprendió. literalmente el cura dijo: "Las leyes públicas no pueden hacerse fuera del reino de Dios. El reino de Dios está `por encima de esas leyes públicas y por ello ningún católico puede respetar esas leyes públicas si las mismas no se ajustan a la moral y la ética del reino de Dios"
Como lo oyen. No exagero. El cura estaba diciendo, a los católicos asistentes, que la democracia está supeditada a Dios; que la sociedad adecuada es una TEOCRACIA, donde no importa la ética, la moral, las ideas o la conciencia de todos aquellos que no sean católicos.
Indignado y reprimiendo mi impulso de alzar la voz en mitad del sermón y llamar al referido cura por lo que era ( Teócrata y fascista), abandonamos de inmediato la iglesia. ¿Hasta cuando vamos a tener que soportar tanta intolerancia?.
Soy de los que piensas que la religión es un derecho privado incuestionable, pero desde luego me siento militante activista cuando se pasa esa línea pretendiendo imponer a todos los ciudadanos una sola visión del mundo y de la vida, es decir cuando de la privacidad se pasa a pretender someternos, mediante autos de fe, a una única visión social.


La cuestión es hasta cuando tenemos que soportar las consecuencias de una transición claudicante como la que tuvimos. ¿ Cuándo será el momento de que la sociedad sea realmente laica y la religión sea un derecho incuestionable de la esfera privada de las personas?
Parece ser que pronto se hablará en el Congreso de la nueva ley de Libertad Religiosa. Esperemos que así se de el paso necesario que separe definitivamente la esfera pública de las orientaciones religiosas. Pero me temo que, como en la imagen, Zapatero acabe soportando con resignación el peso de la religión. Aunque los m´s grave no es que él soporte el referido peso por miedo electoral, sino que una vez más, ese miedo electoral que cercena la libertades reales se nos vuelva a imponer a todos, independientemente de las creencias plurales de cada sujeto que constituimos la ciudadanía. ¡Ojala esté equivocado, y imagen de la viñeta derecha no acabe siendo real!




4 comentarios:

Joaquín Carrasco Macarro dijo...

Soy católico y me avergüenzo de estas interpretaciones del Evangelio. Yo sí he llegado a tomar la palabra, unilateralmente, y soportando las miradas de condena de gran parte de los y las asistentes he llamado la atención al ministro de turno con el que he estado, en ese momento, en desacuerdo. Otras muchas veces, las que más, me he callado; alguna me he salido y otras he idi a la sacristía al final para manifestarle mi punto de vista, en un intento de corrección fraterna, que salvo en algún caso, su sobervia les ha impedido reconocer, llegando incluso a amenazame; hasta con un paraguas. Todo esto me ha sucedido en los últimos diez años. Voy a hacer sesenta y tres. Como católico de izquierda que soy estoy convencido de que el Evangelio adelanta por la izquierda cualquir programa político; véase, también el Vaticano II, cuyo desarrollo está siendo obstaculizado por el Vaticano; algunas de la decena encíclicas que componen la Doctrina Social de la Iglesia, desde León XIII, y, sobre todo el ensayo que constituye, de este compendio,la Teología de la Liberación. El problema que tenemos los católicos, y sobre todo la jerarquía que es a la que se le oye, es creerse hablar ex cátedra. Ya lo decía Santiago, el hermano de Jesús; no os conforméis con el conocimiento del mensaje. De nada vale si no lo ponéis en práctica. Podemos tener las velas encendidas, pera a modo de las vírgenes necias la escondemos debajo del celemín; que condenaba Cristo, que viene a ser igual que no alimentarlas. De poco vale saberse la letra, que tampoco nos la sabemos del todo, si no le ponemos música. Y la música es el mundo. Si no amas a tu hermano, que lo ves, decía Cristo, como vas a amar a Dios que no loves. Pero amar al hermano no es darle una limosna, que también, en circunstancias extremas, sino defender una justicia distributiva que evite que haya hermanos y hermans que no tengan para comer. Menos Señor, Señor, y más cumplir la voluntad del Padre;el amaos unos a otros. Y no es una prueba de amor consentir que tantas criaturas estén privadas de propiedad, por el hecho de defender, insaciablemente, una propiedad privada grotesca.

Anónimo dijo...

Desde mi ateísmo no puedo estar más de acuerdo con el comentario precedente y con Manuel. Qué fácil es llevarse bien y trabajar juntos por los mismos objetivos, aun desde distintas opciones ideológicas, cuando hay buena voluntad para ellos. A estas alturas de la historia seguimos dividiendo en lugar de sumar.

Pablo Paz dijo...

Mucho me temo que la imagen de la derecha ya es real. Este partido pseudo-socialista no tiene el valor suficiente para enfrentarse a la jerarquía católica española y para poner las cosas en su sitio. Nunca lo ha tenido y nunca lo tendrá.

Agustín Cuenca Álvarez dijo...

Ya está bien de tantos años proclamando la humildad para luego vivir como dioses. Para colmo ya no respetan ni las leyes aprobadas por las Cortes. Como dice Pablo Paz, este partido "socialista" no tiene lo que hay que tener para quitarle el privilegio a la iglesia española y lo peor es eso, que el futuro tampoco se avecina nada nuevo.