Mucho se está hablando de la presencia de lazos blancos en las procesiones de esta semana, llamada por algunos santa, como forma de responder de forma contraria a la iniciativa de ampliar el derecho del aborto.
No pretendo yo reproducir aqui las diversas opiniones que sobre el aborto tienen los científicos (médicos, biólogos...), tan solo constatar que las referidas posiciones van desde los que admiten la presencia de "vida humana" desde el mismo momento de la concepción, hasta los que niegan tales aseveraciones. Es decir, no hay unanimidad de criterios científicos al respecto.
Pero ademas de esa diversidad de opiniones científicas existen además una gran diversidad de criterios morales, tambien en posiciones igualmente distantes.
Personalmente entiendo y comprendo a aquellos, que desdee sus posiciones morales o desde sus creencias religosas, manifiesten su no disponibilidad para acogerse al derecho del aborto, por la simple razón de que tal práctica pudiera suponerles una lesión en su moral o creencias. La cuestión sin embargo no es el derecho de los no partidarios del aborto a no practicarlo. La cuestión es si éstos, desde tales creencias, pueden imponer su moral privada a toda la ciudadanía.
Es decir, la ley de ampliacion del aborto no impone la obligación de abortar a toda la ciudadanía, sino que simplemente amplia el derecho para aquellos ciudadanos o ciudadanas que desean ejercerlo. Entonces, por qué esa intolerancia ante una ley que simplemente habla de derechos civiles.
Indiscutiblemente, aquellos sectores sociales que hoy pretenden imponer la intolerancia sobre el derecho al aborto, son los mismos, ideológicamente, que aquellos que en su dia se opusieron tambien al divorcio, tratando, ayer como hoy, de imponer a toda la ciudadanía una moral privada.
La tolerancia pasa por permitir por medio de las leyes el ejercicio de aquellos derechos que, los ciudadanos libremente, y de forma individual deciden, según sus creencias, ideologia o pensamiento religioso, ejercer tales derecho o no.
A nadie la cabe la menor duda que detrás de los anunciados lazos blancos en las procesiones de semana santa, está el pensamiento más intransigente y dogmático de la jerarquía eclesiática española. Sin embargo, huele a un simple y burdo intento de claentar motores para alimentar polémicas sociales.
Un solo ejemplo bastará par entenderlo: ¿Por qué cuando la guerra ilegal de Irak, no se plantearon lazos blancos por la paz y en defensa d ela vida? ¿Por que ahora si entonces?
Afortunadamente en Badajoz, la cofradías, han desitido de respaldar la iniciativa d elos lazos blancos, pero todo apùnta que habrá intolerancia blanca en otras ciudades españolas. Ante lo cual me aborda una duda: si en esa ciudades es como en Badajoz, donde el Ayuntamiento subvenciona con dinero público las diversas procesiones, ¿es legítimo que, con el dinero de todos los ciudadanos ( agnósticos, católicos, anglicanos, ateos, luteranos, evangelistas....), adopten tales medidas intolerantes y sectarias? Lo más natural es que en esas ciudades, las cofradias afectadas , devolviesen tales aportaciones públicas, y si se me apura... en todas ls ciudades deberían pagar tasas por ocupación de vía pública.
Pero no olvido que estamos en un país dodne, desde los primeros reyes de la disnatía Austria, el priemr objetivo de su católica majestad era "catolicalizarnos" con el crucifijo, la espada , los golpes o la prepotencia que supone imponer su presencia en toda la vida pública. ¿Cambiará esto algún día?
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