viernes, 11 de mayo de 2012

Artículo de Álvaro Vázquez publicado hoy en "Diario Hoy"


LA ABSTENCIÓN NO ERA ESTO.


El día en el que IU-Extremadura se decantó por la opción de abstenerse ante la investidura de José Antonio Monago, muchos supimos que esta legislatura iba a resultar agotadora. Desde aquél momento, las personas que defendimos aquella decisión sabíamos que nos quedaba por delante un largo trecho de explicaciones y argumentos que hicieran comprensible la decisión ante el previsible bombardeo de los vástagos agraviados del PSOE, a los que la audacia les pilló en pleno ataque de incredulidad y soberbia. Tras la derrota, el PSOE de siempre, volvía a vestirse de prestado con su mejor traje de socialdemócrata convencido, sin rubor por el olvido de lo que defendió e  hizo apenas algunas semanas atrás. 
Como pocas veces en IU, la decisión se zafó del tacticismo y los miedos electorales, que siempre nos tentaron con expresiones tan peligrosas como “la unión de los progresistas”; los oportunistas de siempre  tuvieron que hacer las maletas y por primera vez echarse hacia otro lado. Era el momento de decir que  ser de izquierdas es mucho más que presumir de  no ir a misa y frecuentar chaquetas de pana. La grandilocuencia de la progresía acomodada, tan satisfecha de sí misma, esta vez no engañó a nadie. 
Pero además, no sólo nos atrevimos, si no que nos salió bien. Tras la elecciones generales IU incrementó su votos en Extremadura en más de un 80%, y desde entonces  todos creímos que podríamos respirar más tranquilos. 
Una vez visto el nuevo rumbo que había tomado la política en nuestra región, ya sólo nos quedaba afirmar el proyecto originario de IU, fundamentado en el rechazo a un modelo social sostenido sobre el protagonismo de dos partidos, PSOE y PP, que tan sólo tienen como propósito  perpetuar un escenario en el que la batuta sigue en manos de las mismas fortunas que ya se hicieron viejas durante el franquismo, ahora bajo la atenta mirada del monarca. 
Desgraciadamente nuestro propósito no se ha podido cumplir, no ha sido así. Hasta la fecha, muchos en Izquierda Unida pensamos que esta legislatura le está resultando al PP poco menos que un desfile militar. La aspiración de ejercer una labor que opusiera al discurso del PP otra forma de mirar de frente a la crisis, ha terminado en un ejercicio de desorientación que culmina con el planteamiento en el seno de nuestra organización de cuestiones ideológicas que nunca habían encontrado su lugar en IU, y cuyos ejemplos más evidentes los podemos encontrar en el modo en el que se abordó la aprobación de los primeros presupuestos de la era Monago, o la falta de contundencia ante los recortes presentados en las últimas semanas por el ejecutivo popular.
El rechazo que muestra buena parte de IU en Extremadura a la gestión que estamos realizando de la abstención, ha acarreado un progresivo empeoramiento en el clima de interno, entre los partidarios del actual Coordinador, Pedro Escobar, y los que pensamos que IU está poco menos que de vacaciones. Si bien nadie se ha aventurado a sugerir que el grupo parlamentario de IU no realice sus funciones con empeño, lo cierto es que igual de denodadamente podrían desempeñar su tarea como grupo  parlamentario de UPyD, y  pocos  se darían cuenta del cambiazo. 
Por si todo esto fuera poco, la sombra de la próxima asamblea regional en la que deberá elegirse a la persona que vaya a desempeñar el cargo de Coordinador General de IU en Extremadura durante los próximos tres años, lo complica todo mucho más. 
La razón y la argumentación son compañeras más que deseables, pero no siempre resulta todo lo efectiva y ventajosa que nos gustaría. Es por ello que, desde el momento en el que la política adquirió la condición de fenómeno de masas, la argumentación y la confrontación de programas y propuestas ha sido poco menos que el hermano pobre de otros instrumentos de mayor eficacia, como por ejemplo: el etiquetaje o la descalificación. 
A medida que se acerca la fecha de la próxima Asamblea Regional todos aquellos que nos atrevemos a criticar la gestión que se está llevando a cabo de la abstención somos arrojados de forma inmisericorde más allá de los dominios que nos separan del PSOE, somos los malos perdedores que no supimos deglutir la derrota tras el referéndum, los partidarios de la moción de censura, y por supuesto la mayoría de nosotros estamos a punto de abandonar IU e irnos al PSOE. Pues no.
Personalmente no tengo nada contra el PSOE, lo cierto es que estos señores no me ha hecho nada. Ahora bien, considero que su proyecto político es absolutamente ajeno a mis intereses con arreglo a mi condición de trabajador y ciudadano. Lo mismo tengo que decir del Partido Popular.
Como militante de IU, fui- y soy- partidario de la abstención, Desde un primer momento he defendido que esa debe ser la línea estratégica de nuestra organización, pero bajo ningún concepto podré asumir que la política de IU deba alejarse de los principios y valores que la vieron nacer. La abstención no era esto. 
No estoy de acuerdo con la forma en la que IU está desarrollando su política en la Asamblea; es más, considero que  el modo de actuación que hemos tenido hasta la fecha será uno de los detonantes que acabarán situando al PSOE de nuevo en la presidencia de la Junta de Extremadura.
Algunos pretenden vencer sin necesidad de convencer, y para ello nada más eficaz que apropiarse del valor de la decisión que la inmensa mayoría de nuestros militantes adoptaron en junio. Así, para muchos la crítica a la acción de gobierno del PP, es poco menos que un llamamiento público para que se convoque una moción de censura, cuando en realidad se trata de centrar la labor de oposición que debe ejercer IU sobre el partido que está en el gobierno, y no sobre aquellos que lo estuvieron pero que ahora se encuentran situados en la oposición. Me van a disculpar, pero creo que en una cosa es evidenciar las contradicciones del PSOE, y otra muy distinta, hacer oposición a la oposición. Como dijo aquel: pan con pan, comida de tontos. 
No es tan difícil: ni PSOE, ni PP. El hecho de que nos mostremos contrarios a la benevolencia que se dedica desde Escobar al gobierno del PP, no significa que seamos partidarios de ningún tipo de pacto con el PSOE. Esta postura me resulta tan ajena como lo sería un pacto con el gobierno de Monago. 
Más fácil aún, si creo que el Consejero de Sanidad del Gobierno de Extremadura debe dimitir, no es porque pretenda un pacto con Vara, sino que considero que aquellos que se sientan en el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, deben tener un respeto a la ley muy superior al que ha demostrado un señor como este. Esa debe ser la actitud de IU, y no otra.


Fdo: Álvaro Vázquez Pinheiro. 
Concejal de IU en Mérida. 

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